Cuando todo está roto, ya no hay marcha atrás. Cuando se toca fondo, ya no hay marcha atrás sino que toca empezar de cero o terminar con todo... y no empezar con nada.
Te invito al baile de mi amargura,
posa tus manos en mi pecho y siente
siente como suena cada latido
siente como se hace añicos al compás.
como las suturas de todo aquel que ha entrado en él
se van deshaciendo.
Desvanecerá.
Ahora acércate a mi pecho, cierra los ojos y escucha,
sigilosamente, escucha.
Respiración lenta, pesada, pausada...
ahora agitada y entrecortada.
silencio.
Levanta la vista y mírame a los ojos,
fijamente, sin pestañear.
Dicen que los ojos son el espejo del alma.
Profundos, oscuros, apagados, vidriosos
asoman lagrimas que se deslizan por las mejillas
continuas, sin pausa.
Te hablan, susurran.
No hay cura.

Bienvenido al baile de mi fin.

Comentarios

Entradas populares